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¿Estética si estética no?

Energía guapa

En las instalaciones fotovoltaicas nuestro foco está puesto en la energía, en el ahorro, en la huella medioambiental, pero hay otra huella determinante, la estética.

A la calidad y productividad de las instalaciones, debe sumarse la belleza, la integración en la arquitectura, y esta es una baza por la que apuestan absolutamente todos los fabricantes.

La adaptabilidad de las instalaciones en todas las estructuras arquitectónicas, todos los tejados y cubiertas, así como su integración en los edificios.

Está claro que, si vas a tener tu instalación 25 o 30 años, además de producir, tiene que quedar bien, se tiene que camuflar con la residencia, con el entorno, y eso, además, incrementará el valor de tu inmueble.

El motivo del crecimiento exponencial que experimenta la energía solar de un tiempo a esta parte, viene dado por la consciencia que las personas han adquirido respecto a las bondades de esta energía.

Al ahorro clarísimo que supone, se suma la eficiencia energética y la sostenibilidad medioambiental.

Hogares y empresas muestran respeto por el ecosistema obteniendo un mayor control del consumo y generación de energía y, una mayor independencia respecto a las compañías eléctricas.

Impacto arquitectónico

Todo este auge, con todas sus ventajas, conlleva necesariamente una reflexión sobre el impacto arquitectónico, sobre la estética que proyecta en nuestras poblaciones y su integración en el perfil de cada municipio.

Si tuviéramos un hombre con traje oscuro en pleno agosto, en una playa llena de bañistas, en seguida lo localizaríamos, porque sencillamente no encaja con el entorno.

Exactamente lo mismo pasa con las instalaciones fotovoltaicas. Además de las ventajas económicas que suponen, el consumidor demanda fórmulas para que esas placas resulten agradables estéticamente y, que armonicen con el perfil de su ciudad, de lo que le rodea.

En este sentido, los profesionales se atienen a principios estéticos de igual forma que focalizan en el rendimiento, en el momento de abordar cada proyecto, sea doméstico o industrial.

Soluciones estéticas

Por supuesto hay que tener en cuenta algunas opciones a la hora de instalar las placas de forma óptima.

La principal, ver si se trata de cubiertas inclinadas o planas.

En cualquier caso, existen soluciones en el mercado para hacer que la instalación sume rendimiento y estética en la misma proporción.

Estas son algunas de esas opciones:

  • Paneles solares sin marco. A muchos potenciales usuarios de las placas solares no les gusta en absoluto la estética de los marcos que encuadran las placas. Es por ese motivo que se fabrican piezas con un perfil que no destaca tanto del resto del panel. Se integran especialmente en las cubiertas de pizarra.
  • Tejas solares. Los llamados tejados solares están construidos con piezas que imitan a las tejas tradicionales, por lo que son el sistema óptimo desde el punto de vista estético.
  • Paneles solares «All black». Estos módulos son completamente negros, haciendo que se integren a la perfección en las cubiertas.
  • Paneles solares de vidrio translúcido. Son una de las elecciones frecuentes para colocar en algunas circunstancias como instalación en pérgolas sobre cubierta plana, toldos, o también en tragaluces, precisamente porque se integran mejor en la estética de un tejado. Al contrario que la mayor parte de paneles solares que tienen una capa de vidrio y una cara opuesta de plástico opaco, estas placas tienen las celdas fotovoltaicas situadas entre dos carcasas de vidrio.
  • Paneles solares de doble cara. Se integran mejor en la estética de los edificios, al tiempo que aprovechan la luz del sol por las dos caras.
  • Paneles flexibles. Son capaces de integrarse en las cubiertas curvas por la flexibilidad de los materiales en los que se ha integrado la célula fotovoltaica. No obstante, algunos usuarios los descartan por baja eficiencia.

Como podemos comprobar hay diversas opciones para añadir a nuestra decisión de ahorro y conciencia medioambiental un motivo de belleza urbana y mejora del inmueble y del entorno, que cerraría el círculo.

En definitiva, una energía limpia y guapa.