China, el monopolio barato del comunismo

Es más que evidente que vivimos en un mundo que se degrada por momentos y pocos son, los que se hacen un planteamiento serio para evitarlo.

Los gestos para “salir en la foto” no bastan para paliar el efecto invernadero, no evitan que el mundo esté “plastificado”, no resuelve el problema de la contaminación marina, de los peces hasta arriba de mercurio, de la deforestación o de los animales maltratados y en peligro de extinción.

Pero si uno se da una vuelta por el sector de la energía y se fija en la llamada energía verde, su ánimo se alza, en una suerte de esperanza.

Viendo el incremento de energía verde, se respira hondo y, uno se da cuenta de que esto es el futuro. El mundo no puede recibir más porquería, y esto debe confirmarse como el principio de algo que, esperemos sea el comienzo de un mundo más amable, más limpio, más justo.

Por supuesto, como en la mayoría de cosas en la vida, no todo es tan bonito, ni tan limpio. Es justo aquí donde entra la peor parte de esta revolución verde.

Hablaba de un mundo más amable, más justo…pero algo huele a podrido, algo que no es tan justo. Algo huele a explotación, a cutre y, además ese mismo olor se expande, cubriéndolo todo.

Hablemos de números

Si analizamos las instalaciones fotovoltaicas en España ¿Cuántas pensáis que se hacen en módulos fabricados en China? ¿Cuántas con inversores no chinos?

Realmente, los números asustan y, los datos son abrumadores y francamente preocupantes.

El 97% de las instalaciones en nuestro país, se hacen con módulos chinos. No estamos hablando de tantos por ciento lógicos. Estamos hablando de un bloqueo que monopoliza el mercado.

No elucubramos para arrojar datos alarmantes, los datos son los que son. En el sector que nos ocupa, China prácticamente tiene el mercado al 100%.

Hablando de módulos solares, apenas queda alguna empresa europea y alguna americana, bien poco más. Las pocas que aún resisten a la marea china.

¿Es China semejante a un país europeo?

Por supuesto que no. Todos lo sabemos, pero parece que esto no tiene importancia, parece que haya que repetirlo como si de un mantra se tratara.

China es un país comunista, no es democrático y claro, sus decisiones, sus acciones tampoco lo son, en absoluto.

Por supuesto, hablamos del gobierno chino, de aquellos que lo dirigen con mano de hierro, no de sus habitantes que, son los principales explotados en este régimen totalitario.

El salario mínimo de un trabajador, no especializado, en China, resulta en aproximadamente 330 euros mensuales.

Las empresas chinas explotan a sus trabajadores, controlan a sus ciudadanos y espían a las industrias del resto del mundo.

Copian patrones y restan calidad hasta dejar esta en mínimos.

¿Cómo está el resto de sectores?

China controla la producción mundial, controla las materias primas.

Me pregunto ¿Dónde está la Unión Europea? ¿Qué hace Estados Unidos al respecto? La respuesta es nada.

Lo cierto es que China lo acapara todo, sin pensar en nada más, sin medir las consecuencias que afectan al resto.

Una conquista “silenciosa” donde su gobierno es el único beneficiario y el resto, los ciudadanos de a pie, son simplemente mano de obra barata, esclavos alienados a los que no se les permite pensar como individuo.

Y ¿Cuál es el siguiente paso? ¿La posesión del resto de ciudadanos libres, el control de otros países?

No tengo claro que podamos esperar reacción alguna de nuestros gobiernos. Somos todos nosotros que, con nuestras decisiones, podemos salir corriendo ante el totalitarismo, huir de los productos hechos en China, cuando podemos adquirirlos en nuestra propia casa.

Somos nosotros, los que debemos dar un paso al frente para evitar que China controle el mundo, nuestro mundo.

Dar un paso al frente, significa apoyar a los productores europeos, americanos, a los productores y fabricantes que creen en la libertad de mercado o, simplemente, en la libertad.

Retomando el sector energético, si te vas a instalar energía verde en tu casa, cuando el instalador te ofrezca diferentes posibilidades, exige productos que no sean chinos. Exige productos de calidad y con garantías.

Que son más caros, depende.

Si tu instalación, hecha en China, empieza a menguar efectividad en menos de 5 años y las garantías son mínimas y, tienes opciones con garantía total de 30 años, por 400 euros más…Párate a pensar unos segundos, analiza las opciones ¿Cuál elegirías?

Si en general, analizamos las diferencias de precio versus la calidad de los productos, la respuesta está muy clara

No se trata de ir contra un país porque sí, se trata de hacer frente a una aterradora dictadura, venga de donde venga.